Pobre Metro de Quito sigue enfermo
Por un impulso de vanidad de los políticos de turno 2009, se engendra el proyecto Metro de Quito, pretexto, solución al caótico tráfico de la capital. En temprana edad, la ignorancia de sus mentores permiten ser víctima de desnutrición infantil (factibilidad básica) y, crecer con esta tara toda su vida. El Municipio considera está listo para iniciar la etapa de construcción y, contrata una firma española para la elaboración de los documentos precontractuales y contractuales, con intención o no, sesgan la adjudicación del contrato de construcción del Metro al consorcio español-brasileño para la obra civil y, para el material móvil, con el consorcio CAF. En esta etapa se agrava la frágil salud del Metro, causas: obras complementarias de sistemas y subsistemas: recaudo, telecomunicaciones, seguridad, aire acondicionado. Se disuelve, el consorcio constructor, sale Odebrecht por corrupción y se queda la empresa española Acciona, misma que causa muchos incumplimientos del contrato. Hundimientos en Solanda, etc. Entre altos y bajos, la construcción del Metro dura más de 10 años. La obra está lista para trabajar, la decidía del Municipio recién se da cuenta de que no hay quien administre la operación y mantenimiento. Incapaz de asumir esta responsabilidad decide contratar un administrador internacional, busca asesores españoles para que preparen los pliegos y TDRs, con intención o no, separan las actividades siamesas operación y mantenimiento, la operación va con el consorcio internacional Franco-Colombiano y el mantenimiento será contratado por el Municipio y controlado por el operador, ahora mismo está en el limbo. Error imperdonable, que traerá graves consecuencias. El Metro inicia su operación comercial en diciembre 2023 y, en 5 meses de servicio, tiene 4 paralizaciones, esto acelera el contrato de mantenimiento por separado, se mantiene el error de los TDRs, así, los problemas irán en aumento. Pobre Metro de Quito sigue enfermo.
Marco A. Zurita Ríos