Hombres versus mujeres. Qué aburrido ¿no?
Las posturas son cada vez más disparejas, debido a la terrible competencia que han creado contra las mujeres. Los tacones y las flores son para ellos; los vestidos elegantes y el maquillaje les atañen más.
Ahora el hombre se ofende si no se lo retira o se lo deja en el portal de sus “castillos”, él es quien va en la búsqueda de la “princesa” que lo salve, lo sostenga o le solucione la vida. En ellos se manifiesta terriblemente el temor por lo masculino…
Los arquetipos de lo viril los tienen espantados y agotados. “Qué terrible el solo pensar en imaginarlos como caballeros de armaduras, luchando por lo justo, protegiendo y siendo héroes para sus pueblos”, “que infamia solo recordar que existieron hombres así”, “qué ignominia más grande el pensar en hombres fuertes, admirados por mujeres y niños”. Inimaginable es que en estos tiempos un hombre pueda ser contemplado desde la fuerza de la masculinidad, la valentía, la inteligencia o la caballerosidad…
La disputa fálica que se empeñan en tener contra las mujeres los está destruyendo. Ya no hay arquetipos, ni modelos, ni ídolos a quien admirar. Ahora quieren hombres de espíritus débiles, frágiles y marchitos.
La competencia que han creado los ha confundido por completo, deformándolos en figuras triviales. Y lo peor de todo, es que aún no divisan que la dualidad que pretenden destruir, es la única que los salvará.
Estefanía Amanda García Arellano