Introducción: Buscando inspiración en las musas del paisaje, en el que, en buena hora, las nubes un tanto cargadas se comienzan a divisar; y, teniendo como música de fondo a las Cuatro Estaciones de Vivaldi, en las que, a ratos el violín parecería llorar, pienso que es buen momento para un alto al enfoque de reflexión política constante en esta columna, para dar paso, si me permiten amables lectores, para reflexionar acerca de la Naturaleza.
a.- ¿Qué está pasando?, a.1) Vaya semana, sobre todo para Quito y Cotopaxi, por el tenaz azote de incendios, focos incendiarios dados también infortunadamente en Guayaquil y en el sur del país; los mismos que, por sus características, parecerían ser fruto no de la casualidad, ni del descuido, peor aún de la mente de un pirómano; sino, más bien, de la coordinada planificación. De ser cierta esta premisa, ¿cuál es el móvil de los incendiarios, ya sean autores intelectuales y/o materiales? ¿Acaso, tendrían connotaciones políticas o de otra índole? Lo cierto es que, llama la atención, que aquellos que han sido identificados como responsables de incendios anteriores, han salido en libertad a los pocos días, generándose una suerte de burla a la sociedad, estimulando a terceros, que tengan su minuto de fama y triste notoriedad.
a.2) Otro fenómeno, cada vez menos tal, debido a su presencia constante que lo volvería casi “normal”, es el calentamiento global, lo cual ha provocado cambios dramáticos en el comportamiento del clima y de la naturaleza, que este año se ha empeñado en esta parte del continente, al punto que, habría diluido la presencia de El Niño, contribuyendo a la intensidad de la sequía.
a.3) El común denominador al respecto, por un lado, y desde la perspectiva micro, es la intervención del mal hombre ya sea para violentar cruel y miserablemente la naturaleza, incendiándola, y con ello afectando la flora y fauna y, sin duda exponiendo no solo el patrimonio de los ciudadanos, sino su integridad y vida, incluida la de los valerosos cuerpos de rescate; así, como, en la perspectiva macro, el constante irrespeto a la naturaleza vía contaminación, vía uso indiscriminado de plásticos, emisión de gases a la atmósfera, contaminación en ríos, minería ilegal, etc., esto es, dándose un flagrante divorcio del hombre con la esencia propia de su naturaleza, contaminado su alma – escaza de amor – de maldad y mezquindad, mirando indiferente a la grave afectación a la madre naturaleza. Y, por otro lado, de este denominador común, está el Agua, poderoso líquido, sin el cual, simplemente la vida, por más millones y oro almacenados, no podría existir; el cual, en estos días, nos ha indicado cuan necesaria e indispensable es… O, es que acaso, alguien ¿aún tiene duda al respecto?
Vaya mensaje de la naturaleza, toda vez que, la escasez del líquido vital en nuestros cielos y ríos ha sido suficiente, para quedar a ciegas ante la oscuridad por la falta de energía eléctrica; con preocupación al ver que nuestra tierra agrietada y seca, se resiste a ser sembrada; y, con miedo y dolor, al ver impávidos como las llamas del incontrolable fuego, ante la ausencia de agua, nos amenazaba con devorarnos en minutos, desnudando la fragilidad del sentido de seguridad.
b.- La bella armonía del bosque: Si observamos las montañas, bosques y selvas vírgenes, en donde el hombre no ha entrado, podremos sentir y encontrar silencio, paz, orden, limpieza, pureza, acompañada quizás en ciertos momentos de la noble amenaza salvaje, que a la final conduce al equilibrio natural; pero, no hallaremos contaminación, basura, ni ruido, ya que, curiosa y paradójicamente sus habitantes no están “dotados de la razón”. Lugares en los cuales, están las reservas más importantes y valiosas para la humanidad, es decir, las fuentes y manantiales de agua pura y oxígeno. Reflexión que, por cierto, no pretende avalar el resultado de la consulta en lo referente al Yasuní, valga la digresión.
c.- Momentos: c1) Es momento de pararnos a reflexionar, a entender la necesidad de la unión como sociedad; y, de manera especial, momento para agradecer y aplaudir de pie a aquellos héroes de casaca, de diversas localidades del país, junto con cuerpos especializados de militares y policías, que hicieron frente a esta terrible circunstancia que vivió Quito en particular; momentos en los que, nuevamente se hizo presente, el verdadero sentido de la solidaridad humana, la misma que no proviene ni del mandato legal, ni de la obligación social, sino de la manifestación en Libertad del emocionado corazón inundado de agradecimiento.
c2) Momentos en el que, la naturaleza nos ha hablado, indicando la necesidad de cuidarla y protegerla, mediante la protección de ríos, mares y medio ambiente, así como la necesidad de reforestar, entendiendo con humildad, que el hombre es solamente un inquilino temporal en esta, que es su única casa.
c3) Momentos para no olvidar y siempre recordar, en el que, la naturaleza ha llorado, vehemente e incontrolablemente desde el fondo de su alma, emanando lágrimas secas, inundadas de dolor.
Padre, dígame ¿qué le han hecho al río, que ya no canta?…” J.M. Serrat.