El empleo es la tarea pendiente en Ecuador

La creación de fuentes de empleo puede considerarse como la oferta de campaña más repetida en la historia de Ecuador. En los informes presidenciales —independientemente de la administración de turno— se ha destacado el “cumplimiento” de ese ofrecimiento.

También es costumbre que exista polémica en torno a la creación o no de estas fuentes de trabajo adecuado.

El 2024 no es la excepción. El gobierno de Daniel Noboa anunció que se crearon 105 049 nuevos empleos para los jóvenes en este 2024. No faltaron los cuestionamientos.

La interrogante es qué ocurre con el resto de la población si se analiza por edades, sexo o zona geográfica. Otras variables importantes para considerar son la estabilidad que tienen esas nuevas fuentes de empleo y los salarios.

En el último informe presentado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) se evidenció que el empleo adecuado se redujo en abril de 2024 si compara con el mismo mes del 2023. Pasó del 35,2 % al 33,6 %.

También, cayó el desempleo del 4 % al 3,4 %. Es decir, los habitantes de Ecuador optaron por el subempleo. Un total de 120 405 personas se sumaron a esta condición. Otros 96 801 se adicionaron al empleo no remunerado.

En Ecuador, en gran parte de casos, se esconde el subempleo bajo el nombre de emprendimiento. Quienes no tienen un empleo adecuado, optan por las ventas o los servicios, pero son negocios de subsistencia y no de valor agregado, que sean sustentables en el tiempo. 

El Banco Mundial presentó recientemente un informe sobre el desempeño de la economía ecuatoriana. Destacó que la agricultura, minería, y el turismo podrían ser generadores de divisas y empleo para la economía nacional.

El requerimiento es la inversión. Ese también es un inconveniente estructural para nuestra economía. A excepción de la minería, qué otro sector ha atraído importantes capitales desde el exterior en los últimos años.

El Banco Mundial dijo que la industria turística ecuatoriana captó solo el 2 % de la Inversión Extranjera Directa de América Latina, entre 2015 y 2019.

En el 2013, los capitales que llegaron desde el exterior apenas representaron 0,3 del PIB. En los años anteriores no superaban el 1 %.

Las empresas nacionales han reducido sus ventas en los últimos meses, que no incentiva la contratación de personal.

Las remesas son otra opción, pero no existe una política estatal que genere confianza para que los migrantes canalicen esos recursos a la inversión.