El 22 de septiembre pasado, las Naciones Unidas aprobaron el “Pacto del Futuro”, en el marco de la Asamblea General 2024, con el respaldo de 143 países, incluido el Ecuador.
Este documento forma parte de una iniciativa mundial, negociado a nivel intergubernamental, que incluye 56 acciones y más de 100 propuestas de cambio, con compromisos que intentan garantizar el crecimiento y la igualdad de oportunidades en los ámbitos sociales, culturales, ambientales, políticos y económicos.
“Los líderes mundiales han aprobado un “Pacto del Futuro” que incluye un Pacto Digital Global y una Declaración sobre las Generaciones Futuras, que cubre una amplia gama de temas: la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible, el cambio climático, la cooperación digital, los derechos humanos, el género, la juventud, las generaciones futuras, y la transformación de la gobernanza global”, expresa un comunicado de las Naciones Unidas. El Pacto Digital plantea la necesidad de regular las redes sociales, las empresas tecnológicas y la inteligencia artificial.
Los optimistas consideran un paso histórico, comparable al que definió los Ocho Objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio, que comprendieron la erradicación de la pobreza, la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros, la mortalidad infantil, materna, el avance del VIH/sida y el sustento del medio ambiente.
Otros, en cambio, ven espejismos, buenas intenciones y resoluciones no vinculantes, que no implican cambios estructurales en las Naciones Unidas, pese a que siguen vigentes los objetivos trazados en 1945: “mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los derechos humanos”.
Sin embargo, la humanidad ve con preocupación la escalada de conflictos, el aumento de la desigualdad y la pobreza, el poder de las empresas transnacionales, las mafias del narcotráfico, el comercio clandestino de armas, la desinformación, la migración descontrolada y la corrupción, en diferentes regiones del planeta.
143 países aprobaron este el “Pacto del Futuro”. Rusia, Irán, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua, Sudán y Siria se opusieron; 15 países se abstuvieron. Argentina decidió no firmar esta declaración porque Javier Milei consideró que “Argentina será un faro de libertad”.
“El multilateralismo ha caído en el abismo y hay que rescatarlo”, anunció el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien, luego de la aprobación del referido acuerdo presentó varios desafíos a los líderes mundiales: “implementar el pacto, priorizar el diálogo y las negociaciones, poner fin a las “guerras que desgarran nuestro mundo” desde Oriente Medio hasta Ucrania y Sudán, reformar el poderoso Consejo de Seguridad de la ONU, emprender a mayor ritmo las reformas del sistema financiero internacional, acelerar la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles, escuchar a los jóvenes e incluirlos en la toma de decisiones”.
El mundo no soporta más declaraciones que son ejercicios inútiles. Los Estados deben ejercer acciones, con voluntad política, recursos, consensos y acuerdos vinculantes, para aplicar estos enunciados. De lo contrario, los riesgos a corto plazo pueden ser catastróficos. Se debe insistir, por ejemplo, no solo en los derechos humanos, sino en las obligaciones y responsabilidades correlativas.
Los ciudadanos exigimos un pacto con la verdad, la justicia y la transparencia en las relaciones internacionales. ¡Y que la ONU sea UNO!