El reto de definir una visión de país en elecciones

El escenario político de cara a las elecciones generales de 2025 en Ecuador pinta un panorama complejo, no solo por la cantidad de binomios presidenciales, sino también por la falta de claridad en sus propuestas.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha calificado a 16 binomios, lo que refleja una diversidad de opciones, pero también la fragmentación del espectro político. Con solo algunos meses antes de los comicios, las duplas tienen el desafío de articular un discurso coherente que aborde los problemas urgentes del país.

Lo más preocupante es que un gran porcentaje de los binomios todavía no tiene una línea discursiva clara, lo que podría resultar en una campaña superficial y llena de lugares comunes.

Uno de los temas que más apremia a los ecuatorianos es la inseguridad. En un país donde los índices de violencia se han disparado en los últimos años, no es sorprendente que la ciudadanía exija soluciones concretas. Sin embargo, lo que se ha observado hasta el momento en la mayoría de las candidaturas es una retórica vacía que no va más allá de las críticas al gobierno. Esto no es suficiente para garantizar un cambio estructural. ¿Qué están proponiendo los candidatos en términos de seguridad? Hasta ahora, poco o nada.

A esto se suma una crisis energética. Las políticas energéticas de los últimos años no han logrado estabilizar un sistema que requiere inversión y planificación a largo plazo. El enfoque debe estar en soluciones viables y sostenibles que integren tanto al sector público como al privado.

Otro aspecto que merece atención es el empleo, un tema que parece haber quedado relegado a un segundo plano en medio del bullicio electoral. El Ecuador enfrenta una alta tasa de desempleo y subempleo, lo que afecta especialmente a los jóvenes. Las promesas de reactivación económica han sido vagas y, al igual que en la seguridad, no se ha visto una propuesta robusta que incluya la creación de nuevas oportunidades laborales a través de la innovación y el emprendimiento.

Lo más preocupante es que un gran porcentaje de los binomios todavía no tiene una línea discursiva clara, lo que podría resultar en una campaña superficial y llena de lugares comunes. Si bien el CNE tiene hasta el 30 de diciembre para publicar la lista definitiva de candidaturas, la pregunta que persiste es: ¿qué clase de debate podemos esperar cuando la mayoría de los candidatos no han presentado propuestas concretas?

En las elecciones de 2025, más que nunca, el país necesita liderazgo, pero no uno basado en promesas vacías, sino en ideas y planes sólidos que puedan ejecutarse en un contexto de crisis múltiple. A medida que se acerca el 9 de febrero, las duplas que aspiran a gobernar Ecuador deben ser capaces de comunicar de manera efectiva cómo enfrentarán los desafíos del futuro.