Un déficit presupuestario, superior a los 5 mil millones de dólares, serias dificultades para cubrir los sueldos de la burocracia, enormes deudas por préstamos internacionales,por juicios perdidos por absurdas posiciones de prepotencia e irresponsabilidad de gobiernos pasados, por multimillonarios atrasos gubernamentales a pagos a proveedores de insumos y servicios; son las condiciones económicas que amordazan al gobierno nacional. Este doloroso drama se agrava con la explosión incontenible del crimen organizado y de la contaminación del narcotráfico a los más variados estratos del Estado y de la sociedad ecuatorianos.
Múltiples declaratorias de Estado de Excepción han sido parte de una comedia en la que los delitos se consumaban y culminaban con la llegada tardía de los agentes del orden que narraban los sucesos criminales y ofrecían capturar a los culpables.
Esta decepcionante rutina parecía interminable, felizmente, el actual presidente interpretó correctamente la magnitud de la situación y declaró la guerra al terrorismo. Una inmensa mayoría de ciudadanos ha respaldado esta decisión.
Estamos en guerra y sentimos, en nuestro espíritu, la emoción patriótica de repetir esas cortas arengas alentadoras:“ni un paso atrás”, del arquitecto Sixto Durán Ballén y el de la heroína, precursora de la independencia, Manuela Cañizares “Cobardes…hombres nacidos para la servidumbre ¿De qué tenéis miedo…? No hay tiempo que perder…”
Si, no hay tiempo que perder, ni de ser víctimas permanentes de los poderes del mal, debemos apoyar esta lucha extremadamente compleja, porque nuestros soldados se enfrentan a un ejército del crimen organizado internacional con 50.000 miembros de un ejército solapado, sin rostro, muy bien armado y con mucho dinero, en el que se enlistan adolescentes de áreas de precarización social, carentes de educación, que reciben formación de sicarios y recompensas económicas por parte de los dirigentes de los mafiosos.
Nuestras fuerzas armadas y nuestra policía están realizando una gran labor, pese a sus limitaciones en equipos y armamentos; es indispensable fortalecerlas, el país así lo ha entendido y, en ese cometido, presiona a los asambleístas, para que, en su carácter de representantes de todo el pueblo, apoyen los pedidos del ejecutivo y concienticen que la severidad de la crisis económica, en que está inmersa la nación, es extremadamente difícil y exige, para ser superada, el sacrificio de TODOS, enfocado en obtener ingresos por varias vías posibles: incremento temporal del IVA, focalización del subsidio a los combustibles, prolongación temporal de la producción del Yasuní, manejo legal de la minería, aportes de porcentajes de las utilidades de bancos y de grandes empresarios. El Ecuador es nuestra patria, la liberemos de las mafias, de la corrupción y del terrorismo.