I.- Introducción: Hay expertos que sostienen que, un porcentaje importante de la comunicación ocupa “el lenguaje corporal”; otro porcentaje, también relevante, pero menor, es: “el cómo lo dijo”; y, al final, en menor grado: “lo que dijo”. Esto parecería indicar que, para las masas, estando estas más preocupadas de sus propios asuntos, muy poco les ocupa analizar con profundidad y con sentido objetivo y crítico los mensajes de sus gobernantes; por consiguiente, se dejan llevar por la forma, sacando conclusiones apresuradas y superficiales a base de la apariencia alejada de la esencia. Sin embargo, vale precisar y añadir que, hay también mensajes, que rebasan la superficialidad a fin de aterrizar expresamente en lo subliminal y por ende en un sistema de comunicación más sutil, pero no por ello poco profundo y efectivo.
II.- Aventurémonos a explorar algunas posibilidades: a. Cuando el presidente Noboa previo a su ingreso a la asamblea para entregar su mensaje a la Nación el pasado viernes 24 de mayo, transmitió la idea de un importante apoyo popular (que sin duda lo tiene); sin embargo, es justo puntualizar que, muchos de los miles de ciudadanos que lo acompañaron en las calles aquel momento, serían funcionarios públicos, otros, personas de provincias que probablemente tampoco fueron por iniciativa propia, pero que, en la tarima de la apariencia, se presentan como algo natural, cuando en realidad el hecho carece de lo fundamental, esto es de la espontaneidad. b. Un ejemplo de lo subliminal pudiera ser, en cuanto a los cartones con la imagen de Noboa dispuestos estratégicamente en los alrededores aquel viernes, sugiriendo, por un lado, que, sigue en un familiar nuevo rol (antes candidato, ahora presidente candidato a presidente ); y, por otro, el sentido de cercanía y respaldo de la gente, lo cual se vio reforzado cuando, una persona “espontánea” le puso en la calle – entre tropiezos – la banda presidencial; lo cual, pudiera adicionalmente sugerir subliminalmente la idea en el sentido de que, el pueblo lo reelige y enviste en camino a su discurso, pero de “posesión”. Y, en este punto, del caminar a paso firme, las botas (estilo militar) negras con plataforma, que nada tenían que ver con el traje ni con el protocolo, pero quizás sí con la valiosa ocasión de comunicación, ya que, más allá de llamar superficialmente la atención y de generar quizás un aire irreverente, pudieran también asimilarse subliminalmente como firmeza y determinación para “aplastar” a sus opositores. c. Otro ejemplo pudiera ser cuando, el corto discurso informativo a la nación, se vio disruptivamente reforzado e interrumpido por cuatro intercalados videos (enfocados en los ejes de seguridad, social, infraestructura – energía – medio ambiente, gestión de riesgo y desarrollo económico), todos ellos producidos para captar atención y quizás impacto. Cabe indicarse que, en los mismos se habrían deslizado imprecisiones; y, aparentemente mezclado, las aguas de la información (como correspondía a la fecha) con las de la promoción (inoportuno para el momento).
III.- Conclusiones: a. Noboa es un presidente joven, lo cual nos lleva a entender que, su estilo de comunicación es diferente, acorde a los nuevos tiempos, lo cual no tiene nada de malo; pese a que, aquello pueda incomodar los paradigmas tradicionales de comunicación política. b. En general, parecería que el sistema de comunicación del oficialismo, es por cápsulas, esto es, mensajes cortos y de corta vida, que captan la atención con formatos diferentes, incluso algunos de ellos generando simpatía; y, sin duda, eficientes en la medida que logran comunicarse con la gente con rapidez, utilizando para el efecto las redes sociales y plataformas digitales; logrando así, transmitir y plasmar un mensaje directo y específico, previamente estudiado para ser entendido y recordado, pero no necesariamente siempre exacto. c.- Dicho estilo de comunicación, pudiendo ser exitoso desde el punto de vista de captar la atención, comunicarse y lograr conexión principalmente con las nuevas generaciones (que desean y necesitan todo rápido), no debería sobreponerse, sino, sin perder su personalidad, inteligentemente equilibrase y compaginarse con la profundidad, formalidad y exactitud del contenido, lo cual es fundamental para una comunicación consistente.