El mensaje del presidente Noboa difundido el jueves 17, en el que anunció la disminución en 2 horas los apagones, que serán de 8, 6 y 4 horas diarias en las próximas 3 semanas, es uno de los compromisos de mayor trascendencia política que ha asumido el jefe de Estado. Habrá sido hecho con fundamentos fácticos, seguros e inmutables, porque, de lo contrario, podrá terminar con sus posibilidades de reelección.
Bien pudo el presidente anunciar cada semana la reducción de 2 horas de corte, con lo cual no ponía en riesgo su credibilidad, podía continuar el programa según las circunstancias y, además, habrían sido 3 anuncios positivos y no uno, solo que se diluye en el tiempo y compromete su futuro electoral. Pero Noboa y sus asesores tendrán razones para el compromiso global. No hay que descartar línea directa con San Pedro. Todo es posible en este país de opereta.
También fue un mensaje la cadena de Noboa y sus ministras de Energía y de la Producción y la inmediata dimisión de la ministra García, aduciendo la gastada razón de “motivos personales”. ¿Qué mensaje implica el anuncio de mayor impacto en el momento actual con una ministra que deja de serlo en las siguientes horas? Procede la pregunta sobre qué ocurre en el gobierno. ¿Ausencia de dirección? ¿Desorden? ¿Enfrentamientos internos?
Con apagones de 10 horas diarias, la crisis ha dejado de ser eléctrica y ha pasado a ser económica y social. Los cortes tan extensos han producido la disrupción de la vida social y familiar, el despido de cientos de trabajadores, el cierre de varios negocios y la ruina de mini empresarios, como sastres, peluqueros, costureras, zapateros, etcétera, que no pueden obtener ingresos mínimos para solventar las necesidades diarias de sus familias. Y no existen soluciones mágicas para superar la crisis. Será necesario enfrentar la verdad desnuda, quemar etapas de contratación y puesta en marcha de equipos generadores y pedir cooperación y resiliencia a la ciudadanía.