Mucho se ha comentado estos últimos meses sobre la situación calamitosa del sector eléctrico. Esto se hizo notorio por los apagones que resquebrajan el normal funcionamiento de una sociedad. Afectando desde la circulación en las calles, el funcionamiento de los centros de salud, la educación los negocios y el hogar. Como muy bien lo señala en su columna en Vistazo, Alberto Acosta “esto incluye reemplazar la ley estatista por una moderna que permita la creación de un mercado eléctrico competitivo, donde los precios se fijen por la interacción de la oferta y la demanda “.
Se necesita una legislación con visión de largo plazo pues es un sector dinámico, pero con proyectos que se desarrollan en forma permanente con una visión de 20 a 50 años dependiendo de qué tipo de energía sea. También se tiene que tomar en cuenta a muchos sectores que no han sido incorporados a la red energética nacional como son el sector camaronero, el petróleo, el agrícola y el minero cuya demanda es de miles de MW Que el Estado no ha podido ni podrá atender en los plazos requeridos.
Se debe lograr consensos para una ley eléctrica transparente, ágil en todos los sentidos de la palabra incluyendo una pronta emisión del respectivo permiso ambiental dentro de los plazos legal y reglamentariamente establecidos. Los recursos de inversión no esperan la buena voluntad de la burocracia y van donde son bienvenidos. Por las necesidades de la transición energética esto es: el resto del mundo.
La visión estatista de la ley vigente y la irresponsabilidad de los funcionarios públicos encargados de cumplirla hace que la electricidad nos cueste caro. Una hora de apagón a los sectores productivos cuesta cerca de 0.2% del PIB. Que el sector Camaronero haya tenido que desarrollar su actividad con Diesel subsidiado ha costado miles de millones, la ineficiencia de las empresas públicas CELEC y CNEL que no cumplen con la obligación constitucional de expandir el servicio, así como las pérdidas negras están alrededor del 14% cuando los estándares internacionales hablan de un 6%, completan el panorama de crisis del sector eléctrico. Sin estas pérdidas negras no hubiera habido apagones. La Agencia de Regulación y control, no ha obligado a las distribuidoras ineficientes a mejorar y ponerse por lo menos a nivel de las más eficientes del país. Hasta cuándo está negligencia. Es necesario una reingeniería de CELEC EP y CENEL EP, con una burocracia dorada y contratos colectivos impagables.
Cuando se hablan de nuevas tecnologías para energía renovable debe tomarse en cuenta todos los costos asociados a su producción más la adecuada rentabilidad a las inversiones, sea publico o privado pues es de expansión y modernización continua para el logro de los estándares requeridos; lo que permitiría también generación base de 24 /7 aprovechando de la geotermia y de la biomasa dos elementos abundantes en el país. Estos son complementarios y reemplazan a la energía con hidrocarburos. De igual manera todo lo que es renovable y energía distribuida no debe estar limitada con en 2 MW ni utilizar sólo ERNC.
En total considero que en la próxima década las necesidades de energéticas superan los 8000 MW de nueva energía que además necesita agilitar los mecanismos de alianza estratégica o asociación público privada junto con una racionalización como lo hemos mencionado anteriormente de las tarifas eléctricas para que no existan subsidios cruzados y recaigan sobre uno u otro sector.
En especial para los nuevos sectores que se incorporen como participantes del sector eléctrico como son el acuícola, agro industrial, minero y petrolero debe facilitarse el acceso a la transmisión eléctrica con la participación público privado mediante alianzas estratégicas o público privadas de inmediato. Las zonas francas de generación y transmisión de energía eléctrica deben abrir una ventana de inversión sector privado en la siguiente década para su participación bajo el mecanismo de auto generador con posibilidad de comercializar sus excedentes sin limitaciones.
Del mismo modo debe impulsarse la inversión de las térmicas que migren hacia GLP, gas natural y gas asociado para acelerar la transición ecológica máximo hasta el año 2030 y de forma paralela debe impulsarse la producción de esta materia prima nacional abriendo nuevamente la licitación para la exploración y producción del Campo Amistad y otros costa fuera así como aprovechamiento del gas asociado en el sector petrolero.