Pensamiento crítico

Ya sea que tratamos sobre los nuevos procesos de educación o el uso de la inteligencia artificial-IA, siempre se comenta sobre la necesidad de tener un pensamiento crítico. Esto es la capacidad de un pensamiento reflexivo e independiente que requiere la utilización de nuestra capacidad de razonar y ser un aprendiz activo; no un receptor pasivo de información.

Esto consiste en pensar en las cosas de determinada manera para llegar a la mejor solución posible de la modo conciente aplicando habilidades cognitivas donde se cuestiona rigurosamente las ideas y suposiciones en lugar de aceptarlas al pie de la letra. Se debe siempre buscar si las ideas, argumentos y hallazgos representan un panorama completo o existen otras alternativas.

Cuándo se desarrollan las habilidades de pensamiento crítico se puede reconocer, construir y valorar argumentos al igual que identificar inconsistencias o errores en este relacionamiento;  determinar la importancia y relevancia de argumentos e ideas y comprender los vínculos entre ellas. Se debe abordar los problemas en una forma sistemática y consistente justificando las propias suposiciones, creencias y valores.
Las habilidades necesarias para poder pensar críticamente, incluyen: observación, análisis e interpretacion, reflexión, evaluación, explicación, resolución de problemas y toma de decisiones. Debemos ser capaces de pensar en un tema o cuestión en forma objetiva, identificando los diferentes argumentos que existen en relación a este país tema particular; evaluando múltiples puntos de vista para determinar su fortaleza o validez; debilidades y puntos negativos que se evidencian utilizando los siete sombreros como lo describió Edward de Bono para llevar adelante un análisis de FODA. Esto permite proporcionar un razonamiento estructurado y de apoyo a lo que deseamos manifestar.

Debemos estar conscientes que nadie puede pensar críticamente a tiempo completo. Muchas veces pensamos de cualquier manera excepto en forma crítica y particularmente cuando nuestro autocontrol se ve afectado por la ira, la alegría, la pena o cuando estamos descontrolados.
La buena noticia frente a esto según estudios modernos que indican que nuestra capacidad de pensamiento crítico varía según nuestra mentalidad actual y en la mayoría de los casos podemos aprender a mejorar nuestra capacidad, desarrollando ciertas actividades rutinarias y aplicándola a todos los problemas que se presenten. Y estos siempre se presentan. Una vez comprendido de la metodología se requiere práctica y preserverancia tomándolo como punto de partida para nuestras decisiones basadas en múltiples posibilidades

También es necesario ser conscientes de qué todos llevamos una serie de  preconceptos, gustos y disgustos, basados en preferencias personales aprendidas y desarrolladas a lo largo de nuestra vida, como una de las características del ser humano que obstaculizan una toma de decisiones objetivas.