El planeta no soporta más quemarse, secarse, perder glaciares y vivir más catástrofes, como la de Valencia, en España; o los graves incendios forestales en Loja y Azuay, en Ecuador.
Este martes 19 de noviembre, los países que conforman el G-20, reunidos en Brasil, acaban de comprometerse a trabajar en medidas para impedir el avance del calentamiento de la Tierra.
La mayoría de los participantes, excepto Argentina, está consciente de que es urgente ejecutar acciones que apunten a reducir los gases de efecto invernadero, así como apoyar a los países hacia la transición de energías limpias.
La mitigación del cambio climático solo se logrará si se impide que la temperatura de la Tierra sobrepase el 1,50 grados
Aunque no se refirieron al uso o reducción de los combustibles fósiles, hay consensos para actuar.
Este consenso tiene relevancia, debido a que el grupo es responsable del 76% de las emisiones globales. Dada esa participación, sus acciones tendrían un gran impacto.
En Bakú, donde se realiza la cumbre COP29, igualmente se pone énfasis en ayudar a los países y programas de mitigación climática; y en el acceso a financiamiento, sobre todo para los países pequeños.
El compromiso del G-20 da esperanza, pero también enfrenta retos. Si bien el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puso su firma en el consenso, su sucesor, Donald Trump, el recién elegido presidente, no cree y niega los efectos del cambio climático.
Estados Unidos, uno de los mayores consumidores de petróleo del planeta, es clave en esta lucha del cambio climático, por el financiamiento que pueda aportar y las acciones que pueda liderar.
En Latinoamérica, el presidente de Argentina, Javier Milei, es un negacionista del problema, a tal punto que ordenó a su delegación abandonar la cumbre del COP29 en Azerbaiyán.
La posición de Argentina merma las posibilidades de negociación de la región para luchar por medidas de alivio en la COP29. Y además, por lograr acuerdos para obtener financiamiento, uno de los temas más complejos de esta cumbre climática.
Pese al escenario adverso, hay otros países que pueden hacer contrapeso para hacer que los compromisos no se queden en declaraciones y en el papel.
En Ecuador es urgente trabajar más en esos planes de mitigación, sobre todo para afrontar la sequía y evitar los incendios forestales graves de Loja y Azuay.