Subsidios, Combustibles y la Inercia

Hay cosas que, si no son observadas detenidamente, la velocidad las transforma en inexistentes. El subsidio a los combustibles podría ser una de esas cosas. 

La inercia dice que como el Gobierno enfrenta permanentemente déficits presupuestarios severos, hay que reducir gastos y que el subsidio es uno de ellos que deberían ser desmontados. También dice que el subsidio a los combustibles es por demás ineficiente porque es uno que opera sobre precios y, por ende, es distorsionador; y porque los verdaderos beneficiarios están en quienes lo contrabandean por fronteras y por mar abierto. Es por esto último que la focalización de este subsidio es la política económica más solicitada.  

¡A ver! Aquí hay dos grupos claramente definidos y con visiones muy consistentes. Los que ven esto como algo puramente financiero y los que lo ven como algo económico, centrándose en corregir sus ineficiencias. Para el primer grupo, lo relevante es identificar gastos y recortarlos. Para el segundo, por su parte, el objetivo pasa por rediseñar el mecanismo de transferencia de ese recurso y no necesariamente en reducir el gasto. 

Lo relevante aquí, luego de conocer la existencia de ambas posturas, es definir nuestra posición al respecto yrecolectar las preferencias sociales sobre este tema. Finalmente, lo que digan estas, deberían marcar la agenda.  

Yo pertenezco al segundo grupo. En efecto, el subsidio tal como está diseñado es ineficiente y hay que optimizarlo. El mejor camino siempre será la transferencia directa. No obstante, debería mantenerse la cuantía total del subsidio que hoy ya se encuentra registrada en el presupuesto. De esta forma, no solo se logra un mejor mecanismo de asignación, sino que también se lograr una asignación efectiva para los menos favorecidos. 

Como todo en políticas públicas, hay un proceso para su construcción, así como sus momentos oportunos. Pero sin duda este es un tema que debe ser abordado con otra velocidad y evitar que la inercia imponga sus criterios.