El Ecuador era conocido, hasta hace poco tiempo, como Isla de Paz, en medio de dos países convulsos, lamentablementeha sido víctima de sucesos reñidos con la justicia y la ética,por más de una década, impulsados por el afán desesperado del movimiento Alianza País de inmiscuirlo en el retrógradosocialismo del siglo XXI y sus taras.
Nos han colmado los atracos y las captaciones delictuosas de dinero a través de diversos mecanismos: coimas, sobreprecios, cobros anticipados de obras inexistentes, transporte de drogas en valijas diplomáticas, peculados, delincuencia organizada, cohechos, concusiones, lavado, asociaciones ilícitas. El impacto de la corrupción, que ha superado fronteras, ha deteriorado el prestigio de las instituciones gubernamentales, de tal manera que muchos organismos extranjeros, que desean apoyar a nuestro país, proponen hacerlo por medio de organizaciones honestas del poder civil y no del gobierno.
La mentira, el engaño, el hurto, la trampa, las huidas, las compras a jueces y fiscales venales, han caracterizado a ese gobierno que anhelaba retomar el poder para “volver a hacer lo que ya hicieron”
Ese entorno delincuencial ha sido cambiado fugazmente por una gestión ejemplar de un destacado grupo de futbolistas que conforman la selección nacional y que han proyectado con orgullo el nombre del Ecuador al mundo. Ellos, que brillan en grandes equipos de todos los continentes, responden prestos al llamado del conjunto patrio, absorben largas horas de vuelo, con la ilusión de llegar al estadio, entonar con civismo y emoción el himno nacional y entregar,en cada encuentro, toda su capacidad y esfuerzo para enaltecer los colores amarillo, azul y rojo. Ellos, negros,mestizos y blancos, se uniforman en valor y entrega para hacer vibrar los corazones de sus orgullosos compatriotas.
El gran esfuerzo de esos deportistas, desconocedores de la política perversa, se ha visto perjudicado por la acción vergonzosa de la Federación Ecuatoriana de Fútbol ( FEF) que utilizó un documento falsificado para inscribir a un jugador que, habiendo nacido en Tucumaco, Colombia, se lo presentó como ecuatoriano y se lo hizo participar en variospartidos de la competición selectiva para el campeonato mundial. La FIFA ha castigado, por este motivo doloso, al equipo nacional restándole tres puntos en su participación en estas eliminatorias. Por este hecho, la brillante actuación de nuestra selección se opaca en el mundo futbolístico y se convierte en un baldón adicional a la ya vergonzante imageninternacional de país tramposo.
Felizmente, la providencia ha permitido que el Ecuador elija a un joven presidente que, sin los antecedentes nefastos, que exhiben los auspiciantes de su contendora, guiará a la nación por senderos reivindicatorios del prestigio de nuestro, injustamente demeritado, país. Nos integremos a ese fin y estructuremos un legado de honor y honestidad a nuestros descendientes.