
Cada vez que se renuevan los equipos de vigilancia y monitoreo de los volcanes de Ecuador se refuerza la política de prevención para cuidarse de los efectos de las erupciones.
Por eso, es destacable la instalación de más equipos con nueva generación tecnológica en los volcanes Cotopaxi, Guagua Pichincha, Sangay y Reventador.
En días recientes, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional recibió una donación de más de 100 000 dólares en equipos para detectar las señales de una erupción.
La existencia de una red de monitoreo de los volcanes y de las zonas sísmicas de Ecuador cumple un papel fundamental en la prevención de erupciones y terremotos.
Mediante la cooperación internacional, Estados Unidos entregó este lote de instrumentos, tarea en la cual se involucraron la Cancillería y la Secretaría de Riesgos.
Este equipamiento refuerza la capacidad del Instituto Geofísico en su trabajo de monitoreo y procesamiento de información valiosa del comportamiento de los volcanes.
Solo de esa manera es posible estar al día y contar con información que sirve a las autoridades y la comunidad. Así, pueden tomar decisiones oportunas y acertadas ante una eventual erupción de cualquiera de los 20 volcanes que son monitoreados.
Este es un claro mensaje de esa política de prevención, que impulsa el Instituto Geofísico, con el apoyo de sus aliados.
La renovación de los equipos permitirá tener un mejor control de los movimientos de los volcanes Sangay y Reventador. Ambos volcanes están en permanente erupción desde 2019 y 2002, respectivamente.
Así sea de noche o esté nublado, se sabrá exactamente si hay una salida de material por el conducto de los volcanes.
Por esa razón es importante que el Instituto Geofísico siga mejorando su capacidad de estudio. Y también es vital que los gobiernos de turno y las autoridades sirvan de soporte para sostener la red de monitoreo volcánico y sísmico.